El reto

Me pongo en modo adolescente. Una franja de edad en la que todo renta. Incluso renta mazo. Y les cuento. Que no le conozco de nada pero me rentaría mazo conocerle. Que su actitud y su ejemplo son los únicos que de verdad rentan cuando tantísimos miembros de su generación se dedican a hacer una de las estupideces más grandes que he visto en mi vida. A seguir una moda, llamada “Neknomination”, que se traduce en un “reto a beber”. A beber medio litro de alcohol de la bebida elegida, mientras otro miembro del grupo te graba para después colgar tu magnífica hazaña en Facebook. Eso es lo que renta. Ser uno más de los nominados que ha sido capaz de cumplir –menudo orgullo- con el reto planteado. Después, ese “campeón”, nomina a otros amigos que del mismo modo, estúpido y sin sentido, volverá a hacer lo mismo. El jueguecito, que nació en Australia, ha traspasado las fronteras inexistentes de esta red social para llegar a todos los países del mundo. Y los nuestros, nuestra generación de adolescentes, se han sumado a esta ridícula tendencia. Hasta que el reto ha topado con él. Que en un ataque de personalidad, cargada de inteligencia y sentido común, ha modificado las reglas del juego. Ese juego que ya se ha llevado por delante a cinco adolescentes, muertos al hacer suya tamaña estupidez. No renta nada. Y Fernando lo sabe. Porque así se llama el joven madrileño que si que renta mazo, y si pudiera decirlo “mazísimo”, y se ha convertido en mi ídolo al plantar cara a tanta tontería y salirse del rebaño. Su reto, bien distinto. Mezclar medio litro de leche con Cola-Cao, irse a comprar churros y llevar todo a un grupo de indigentes que se encontraban helados debajo de un puente. Después de grabar su acción y colgarla en las redes, nominó a varios amigos para repetir su hazaña. Ahora toca ver si ellos son capaces de hacer de esta iniciativa la nueva tendencia de su generación. Seguro que sí. De que gracias a él se darán cuenta de la necedad de su anterior actuación y el valor de la nueva. Enhorabuena por tu actitud Fernando. Por tu valentía a la hora de revolverte ante la costumbre de tu tribu y marcar la diferencia. Para que lo que rente, tenga el mejor de los sentidos. El común. El menos común de todos los sentidos.

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