Él, tú, ese o aquel

No lo voy a volver a decir. “Él” eres tú, él, ese o aquel. Hombre. Casado o en pareja -que está más de moda- de hecho o de derecho. Cualquier varón que tenga la inmensa suerte de convivir con una hembra. A pesar de lo cual no valora en suficiencia lo que tiene en el hogar. En general y en plan súper bien. Sin acritud. Del genero masculino. Absoluta y completamente diferente al género femenino. En el fondo y en la forma. Sin embargo de gran similitud, curiosamente, a todos sus homónimos de sexo. Variantes en la forma -con elementos comunes, claro- e idénticos en el fondo. Universales. Diferenciados por sus propias características, pero con un desarrollo común que parte de un fondo que les hace actuar en lo básico de manera homogénea. Desde la época del homo sapiens. Por eso, y porque necesito un denominador común que les represente a todos, “Él”, son ellos, los hombres. Masculino y plural. Como mi querido Carlos, al que felicito desde estas páginas por sus 54 años, amigo desde la infancia de mi santo y, que con humor e ironía intenta mofarse de él sin saber, que por detrás, su queridísima esposa me manda mensajes de felicitación y siempre con la misma frase, “jajaja, como me he sentido de identificada, parece que vives en casa”. “Ella” y ellas. Porque “Ella” es también, ella, esa y aquella. Mujeres. Casadas o en pareja -que aquí también se aplica- de hecho o de derecho. Cualquier mujer que implora día y noche a Santa Marta (patrona de las amas de casa), para que la llene de paz y sabiduría para guiar su hogar. Y para tener paciencia, mucha paciencia, ante los imprevistos del día a día. Con su “Él” y con el resto. De la familia. A pesar de lo cual no suele ser valorada en su propio hogar de la manera debida. En general y en plan súper bien. Sin acritud. Del género femenino. Absoluta y completamente distinta al género masculino. Gracias a Dios. En el fondo y en la forma. Y no sigo, que me la lío. Y me lío. Para decir que siempre, con amor e ironía, se pueden decir las cosas. De él, ese y aquel. Con sentido del humor y poco sentido común. Con cariño y con respeto. Porque en el fondo, no tan en el fondo, no podemos vivir sin ellos. Él o ella. Al final, todos igual. Y yo, por mi “Él”, mato.

Un comentario en “Él, tú, ese o aquel”

  1. Aunque te parezca extraño ambos, El y Ella, pertenecen a la misma especie.Como todas las pàrejas de mamiferos, se complementan, es decir, cada sexo aporta sus propias habilidades para completar las habilidades de la pareja, el es más fuerte fisicamente, para hacer el trabajo sucio, ella es más inteligente socialmente, para mantener a la pareja conectada a la sociedad  y etc. podríamos  empezar a enumerar una a una todas las habilidades y nó acabaríamos.Hay muchas clases de parejas, tantas como parejas existen. Normalmente funcionan bien si se quieren y se respetan.Cuando alguno de los dos, no vé en el otro lo que esperaba de el/ella, le pierde el interés y con ello, el cariño y el respeto, En estos casos no es que la infravalore, es simplemente que no le interesa como compañero/a.En estos casos, lo mejor antes de perderle el respeto como persona a tú compañero/a es bueno un divorcio. Es lo mejor que se ha inventado para resolver este problema.Sí te divorcias y no tienes hijos, procura que sea una cosa rápida e indolora, no abuses de tu posición en la vida del otro para amargarle la existencia ni cargarlo con cargas inútiles. Piensa que en todos los aspectos te interesa desconectar con esa persona, dejar lazos sin resolver es una mala idea que te pasa factura en el sentido de que no puedes rehacer tu vida completamente hasta que desconectes por completo.Si tienes hijos, recuerda que los hijos necesitan un padre y una madre a los que tener como referencia para saber  quienes son ellos y no sentirse como un accidente en medio de una relación pasajera entre dos personas.Procura que tus hijos amen y respeten a su madre y a su padre, no le hables mal del otro/a y tampocos les dés ejemplos que los lleven a despreciarte como madre ó como padre.En cuanto a la situación ecónomica entiede que has elejido el divorcio, con lo cual todos, absolutamente todos, vais a ser un poquito más pobres, hay muchos más gastos y los mismos ingresos.No hagas nada que pueda influir negativamente en la situación laboral de tu pareja. Si pierde su trabajo habrá un sueldo menos y por lo tanto menos ingresos para más gastos.Resuelve el convenio de divorcio de la forma más amistosa y equitatíva posible. No busques hundir a tu ex-pareja, recuerda cuanto más lo/a fastidies más dificil será la vida para todos. Y recuerda también que el otro/a tiene que vivir dignamente también.No vale embargarle el sueldo y mandarlo a dormir al coche y a comer bocadillos. Con esto se despedirá de sú trabajo y trabajará en la ecónomia sumergida, así que oficialmente te puede pedir que le pases una pensión alimenticia. No pongas denuncias falsas,recuerda que después hay que explicarle a los hijos el porqué lo hicistes y dificilmente vas a poder explicar porqué metistes a su padre/madre en la carcel y te habrás ganado como enemigo a tus hijos.Y, por útimo recuerda.No le hagas a tu marido nada que no quieras que otra mujer le haga a tu hijo.No le hagas a tu mujer nada que no quieras que otro hombre le haga a tu hija.Un saludo from AR.

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