Felipe

Pues sí, a mí me encanta el Príncipe. El Príncipe de Asturias. Me va a costar pensar en él como Rey porque, aunque yo sea bastante mayor -bueno, tampoco es para tanto- siempre lo he sentido muy cercano. Y lo de Felipe VI, impresiona. Por eso, antes de la coronación, hoy voy a confesar un secreto inconfesable. Lo que no les resultará extraño, queridísimos lectores, dado que hago de mi vida un libro abierto en el que ustedes sin saberlo son mis mejores psicoanalistas. La suerte es que no me tienen que tratar directamente, porque si lo hicieran me quedaría sola con mi columna. Por eso hoy, les descubro algo nuevo. El caso, es que siendo yo una niña, nació el Príncipe. Y él creció, con esos años de diferencia que nos separan, a medida que yo lo hacía. Lógico. Un bebé, una niña; un niño, una adolescente; un joven, una mujer adulta. Tanto me gustaba cuando era niña, que empecé a hacer álbumes de fotos con todas las imágenes que salían de él. En el colegio, en verano, con su familia, estudiando, haciendo deporte. Las pegaba cuidadosamente y así rellenaba álbumes convencida de que el amor no entendía de edades. ¿Y por qué no iba a enamorarse de una mujer mayor que él? Cuando dejé de ser una adolescente con sueños imposibles y pasé a ser una joven un pelín más cuerda, comprendí que no tenía nada que hacer. Los álbumes, se quedaron a dormir en el trastero y las ilusiones escondidas se transformaron en un buen sueño. Pero el destino, sabio, me hizo un regalo, y quiso que nuestros caminos se cruzaran en más de una ocasión por motivos que pertenecen a la vida privada. Y conocí a Felipe. Sin más. El joven, el hombre, la persona. En las ocasiones suficientes para decir, sin pudor, que me parece extraordinario. Un ser humano íntegro. Me gusta, y mucho, cómo es, su personalidad, su preparación -de la que tanto se ha hablado, y que a mí me parece completísima-, su cercanía, su sencillez. Soy “felipista” desde que tengo uso de razón. Creo firmemente en él. Y apoyo, absolutamente, la monarquía. Lo digo alto y claro. No tengo ninguna duda. Y sé que Felipe VI, va a ser mi rey favorito. ¿Me dejará mi marido retomar mi afición por los álbumes de fotos? Ustedes me entienden.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*