Las aceitunas

Fui imputada sin ser juzgada. Por Él y por mi pequeña Ella. Nuestra hija. Imputada. Término que está a la orden del día. Que aquí a la mínima te imputan, tengas la culpa o no. Tu prestigio por los suelos y olvídate de recuperarlo porque aunque te absuelvan, la mancha sombrea para siempre tu destino. ¿Presunción de inocencia? ¿Para qué? Es mucho más vendible lo contrario. Y si el juicio mediático decide culpar al imputado, ya tiene el peor veredicto que puede haber antes del juicio. Culpable. No tiene ninguna gracia. Porque un imputado puede tener la culpa, sin que ello suponga la autoría cierta. Por eso agradezco al ministro de Justicia, don Rafael Catalá,  que ante la contaminación del término lo cambie por investigado o encausado. Porque nadie es culpable hasta que el juez lo decida. Lo que parece no entender ni mi propia familia. Me imputaron antes de juzgar los hechos. Él y mi pequeña Ella. Fue en una cena en la maravillosa estación de Sierra Nevada. No les quito razón pero podían haber investigado el sucedido. Total, solo eran unas aceitunas. En un ataque de verborrea incontrolable consigo que el dueño del restaurante me venda un bote de esas aceitunas picantonas que devoramos -todos- con tanta ansiedad. Por diez euros,imaginé un bote grande. Quedamos que a la salida me las daba. Con tal mala suerte que Él salió primero y sin quererlo ni entenderlo, se encontró con un barreño de aceitunas de “5 kilos” en la mano. Yo ni me enteré. Salí la última. No hizo falta explicaciones. Bajé los ojos antes su mirada acusadora y los fijé en su mano.!Dios mío! Me imputó. Una vez más. “Que típico de ti”, dijo sin palabras. Intenté explicarle. Para que investigara bien. Y supiera que yo no había pedido esa cantidad ilógica de olivas. Mi pequeña Ella se alió con Él y a mi me entró un ataque de risa. Lo que empeoró lo hechos. Pero la imagen de ambos con el barreño de aceitunas no tenía precio. Me la cargué. Sin juicio previo. Sin entender que jamás pensé que por esa cuantía me iba a llevar un olivar entero. No lo entendieron. Y me dejaron allí. Con la culpabilidad a cuestas y manchado mi honor. Y aquí estoy. Imputada. Esperando su juicio. Que tardará años. Y con las aceitunas a cuestas. No hay derecho. Encausada,investigada, vale, ¿pero imputada? Lo que hay que oír.

Al final mi amiga Susana y yo cargamos con las aceitunas...Al final mi amiga Susana y yo cargamos con las aceitunas...Al final mi amiga Susana y yo cargamos con las aceitunas...

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