Mi marido me mata

“Mujer al volante peligro al instante”. “Mujer al volante peligro constante”. Es poner dos términos tan simples como mujer y volante en internet y asegurarte una tarde de risas. Te partes. Frases tan manidas como éstas creadas con ese gracejo tan peculiar que caracteriza a los hombres. Geniales. Ellos y sus reflexiones. El mito hecho literatura por tantas plumas masculinas. “¡Mujer tenías que ser!” Suma y sigue. Pero cuando los mitos nacen de la nada, como es el caso, caen. A los datos me remito. Según diversos estudios los hombres provocan la mayoría de los percances al volante. En cuanto a la retirada de puntos, ni les cuento. Dicen que desde que entró en vigor el carnet por puntos, solo el 10 por ciento de las denuncias han recaído en el sexo femenino. ¿Por qué será? Otra cosa son lo que nosotras llamamos “pequeños percances sin importancia”. Se me ocurre. “Mujer al volante golpecillo al instante”. Y por puro despiste. Con la cabeza puesta en los mil y un deberes que tienes que hacer por imposición de tu condición femenina, como para tener que fijarte encima en la columna del garaje. Aunque esté vacío y el sensor de aparcamiento del coche lleve un rato avisándote. “Que te la vas a dar, que te la vas a dar”. Y te la das. Pero no pasa nada. Si el coche es tuyo, claro, que como sea el de él empiezas el día con aquello de “mi marido me mata”. Frase bastante usual, por cierto, en ese peculiar binomio mujer-coche. ¿O es trinomio? ¿Mujer-coche-móvil? Justo, pero trinomio. Ejemplo claro lo que contestó una amiga a un agente de movilidad cuando la cogió in fraganti. “Ayyyyy perdón, señor agente, estaba llamando al dentista que llego tarde porque he tenido que recoger a los niños y, además, ahora cuando cuelgue tengo que llamar al frutero que se me ha olvidado…”. “Muy bien, Señora, el carnet de conducir”. “¿El carnet de conducir? ¿Pero como pretende usted que lleve el carnet en este bolso tan pequeño? ¿No se da cuenta que solo me caben las llaves, el brillo y el móvil? Por favor, por favor, no me multe. ¡Mi marido me mata!” Y la indultó. Como si indultase a su mujer. ¿Sentido de culpabilidad? Seguro.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*