Parquímetros «inteligentes»

Me debo a mis lectores. Los mismos que casi me bloquean el correo pidiéndome a gritos (palabras en mayúsculas y miles de exclamaciones) que escriba sobre los nuevos parquímetros. Yo no quería porque de ser así necesitaría varias columnas. Para contar los percances. Que tengo un amigo de lo más espabilado que ha montado un Máster Online y se está forrando. “Aprenda a pagar en los nuevos parquímetros sin poner cara de idiota”. Es más listo que el hambre. Ha dado en el clavo. La cara de idiota. La que se nos queda desde que han decidido, por la ley del más fuerte, que los antiguos ya no sirven para nada y hay que modernizarse. Claro que sí, que están las arcas para bollos. El Máster pone especial énfasis en aprender a actuar de la manera más rápida posible para evitar que se formen largas colas y como consecuencia multen también a los ciudadanos de atrás. Porque tú, date por multado.
Entre las actividades que realiza el alumno está la de desarrollo de memoria. Para que no olvides nunca llevar dinero suelto por si la banda de la tarjeta no funciona (más que probable), aprendas la matrícula del coche (difícil para algunos), sepas que tipo de coche tienes (que ahora además del impuesto de circulación según que tipo sea, pagas más o menos para aparcar) y, el color de la zona. Pero, por Dios, ¿cómo te vas a acordar del color de la zona si desde que has aparcado hasta que has conseguido hacerte con el papelito ha pasado una eternidad? Por favor, un poco de caridad. Que desde que dejas el coche son todo obstáculos. Para empezar, el parquímetro de turno está fuera de uso. Es el momento de mayor índice de cólera. Corre a buscar el nuevo (inenarrable la visión de mujeres que corren subidas a las sandalias con plataforma y se caen una y otra vez hasta llegar al destino) y ponte en la cola. Con cara de cordero degollado. La misma que el resto de los ciudadanos que esperan ante la incertidumbre de qué pasará. Pues que te van a multar, hijo. Eso sí. Aquí tienes mi tarjeta. Para lo que quieras. Porque otra cosa no, pero amistades, todas. Que gracias a los parquímetros inteligentes tú eres tonta, pero tu círculo de amigos inmenso. Si al final vamos a tener que dar las gracias.

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