Tener 15 años y enfrentarse, repentinamente, a una dura enfermedad no debe ser fácil. Tener una hija de quince años y enfrentarte, de repente, a la enfermedad que se manifiesta en el joven cuerpo de tu hija, tiene que ser …
Tener 15 años y enfrentarse, repentinamente, a una dura enfermedad no debe ser fácil. Tener una hija de quince años y enfrentarte, de repente, a la enfermedad que se manifiesta en el joven cuerpo de tu hija, tiene que ser …