Un cromosoma extra

“Deberías de escribir sobre las personas con síndrome de Down”, me dice con los ojos llenos de lágrimas. “Si ya he escrito”, contesto sonriendo. Me salió del alma. La sonrisa. La misma que me sale cada vez que alguien o algo me recuerda a estas personas. Un hombre llora y una mujer, en frente, sonríe. A pesar de las circunstancias. En un cementerio. En el que acababan de enterrar a Patricia. Tenía síndrome de Down. Al recordarla, él, también sonríe. Le sale del alma. Porque durante sus 49 años de vida, Patricia había hecho feliz a su familia. Era el centro de la misma, la unión entre todos, la hermana capaz de hacer reír a unos y otros hasta en los peores momentos. Que capacidad tan envidiable. La de ella y la de todos los seres humanos que nacen con ese cromosoma fuera de sitio. El que marca la diferencia. El cromosoma extra en el par número 21. El que les hace extraordinarios. En el más amplio sentido de la palabra. Porque esta anomalía viene acompañada de un don especial, el de hacer feliz a los demás. Y enseña cosas increíbles, como aprender a valorar a las personas por su corazón, no por su inteligencia. Como hacen ellos. Con ese corazón cargado de ternura, que late de manera distinta, pausada, generosa. Si hay ángeles en la tierra, solo pueden ser ellos. No lo duden. Porque solo ellos son capaces de sacar lo mejor de cada uno, lo mucho -o lo poco- bueno que tienen las personas. ¿Sus armas secretas? La ternura que transmiten, el sentido del humor, su curiosidad, la alegría que irradian. Su mirada, sus gestos, sus palabras, su sonrisa. Permanente. Y contagiosa. Tanto que es imposible estar serio ante ellos. Los ángeles de la tierra. Puros, graciosos, naturales, sin malicia, con su carácter, tozudos, geniales. “No somos tontos, somos diferentes”, me dijo una joven maravillosa a la que tuve la suerte de entrevistar. Me impresionó. Hasta que comprendí. Cuánta razón en esas palabras que salían de un alma distinta. La que marca ese cromosoma extra. El que me ha hecho escribir estas palabras. Por Patricia, a la que apenas conocí; en recuerdo de Javi; por mi amor a Victoria. Y a Álvaro. Por Luisete. Por Ana. Y por David, por supuesto. Por todos. Lo de menos es el nombre. ¿Lo de más? Ellos. Bendito cromosoma.

13 comentarios en “Un cromosoma extra”

  1. Marta-70 no sabes como me emociona que te haya gustado a ti, que tienes un ángel en casa. Para mi son los seres más maravillosos del mundo. Ojalá algún día pueda conocer a tu hija. Un besado enorme a las dos.

  2. Marta-70 no sabes como me emociona que te haya gustado a ti, que tienes un ángel en casa. Para mi son los seres más maravillosos del mundo. Ojalá algún día pueda conocer a tu hija. Un besado enorme a las dos.

  3. Emocion pura! imposible no llorar al leer este articulo, aun estoy haciendolo al escribir estas lineas, disfruto de mi niña hace 15 años y espero poder cuidarla hasta el ultimo día en que Dios nos permita estar juntas en esta tierra.

    1. Marta-70 no sabes como me emociona que te haya gustado a ti, que tienes un ángel en casa. Para mi son los seres más maravillosos del mundo. Ojalá algún día pueda conocer a tu hija. Un besazo enorme a las dos.

  4. Emocion pura! imposible no llorar al leer este articulo, aun estoy haciendolo al escribir estas lineas, disfruto de mi niña hace 15 años y espero poder cuidarla hasta el ultimo día en que Dios nos permita estar juntas en esta tierra.

    1. Marta-70 no sabes como me emociona que te haya gustado a ti, que tienes un ángel en casa. Para mi son los seres más maravillosos del mundo. Ojalá algún día pueda conocer a tu hija. Un besazo enorme a las dos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*