¿Verdadero o «fake»?

Perdonen mi prepotencia pero si todavía no saben lo que es fake, no están en la onda. Lo siento, de verdad, pero este término -que significa falso en inglés y en Internet, no paran de usarlo- es lo más auténtico que existe en estos momentos. Lo escribo y me asombro. De que lo más auténtico sea lo falso. Cuanta filosofía encerrada en este nuevo concepto. Porque hay un fake para todo. Muy de verdad tienes que ser para no tener un fake en tu vida. No se salva ni nada ni nadie. El término puede acompañar una imagen, un rostro, un político, un bolso, una declaración, un tono de pelo o a una neurótica. Esto último me encanta. Me lo voy a preguntar a mi misma. ¿Marta, eres una fake neurótica o eres neurótica a secas? La respuesta la dejo en el aire. O la imprimo. En el juego que sobre la marcha se me ocurre crear. Súper divertido. Lo veo. Una especie de “trivial” pero con fichas que representen a una familia. Por ejemplo, Mivi (mi vida), Suvi (su vida), el nene y la nena. Y miles de afirmaciones impresas en pequeñas cartulinas que coges al azar. Lees en alto y siempre y acaban con la misma cuestión: “¿Verdadero o fake?” Qué nervios. ¿Y si nomino así el juego? Sí, genial. Estoy que me salgo. Ya tengo nombre e idea, solo queda desarrollar el contenido. Pienso. En dividir las cuestiones en temas y cada uno con su propio color. “Mártirmonio” (en rojo pasión), adolescentes (en verde esperanza), amistad (depende), trabajo (gris), la madurez (ni idea). Se me ocurren. “Mi marido es más antipático los lunes”, ¿V o F? “Llevo una semana entera sin criticar a ninguna de mis amigas” “Por mucho que lo intento no consigo que mi hijo deje de tomarse tan en serio sus estudios” “Mi hija deja el cuarto perfecto todos los días antes de salir” “!Lo que habla mi marido!” “¿Sofocos yo?” “No somos distintos somos opuestos” “A los 50 el que no padece del bazo padece del espinazo” “Nunca escondo las bolsas si he ido de compras (ella)” “El marido nunca pierde las llaves” “Amarnos es lo más bonito del mundo» “El día mundial de la lentitud se creó por el sexo masculino” Y me callo. Que mi desvarío es tal que se me está yendo la pinza. ¿Verdadero o falso?

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